Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de
Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid, 9 de junio de 1974) fue un escritor,
periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la
literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo
tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas,
especialmente las de su país natal, Guatemala.
Aunque Asturias nació y se crio en
Guatemala, vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero.1 Durante
su primera estancia en París, en la década de los años 1920, estudió
antropología y mitología indígena. Algunos científicos lo consideran el primer
novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la
lingüística podía influir en la literatura. En París, Asturias
también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción
de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas. Como
tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y
1970.6
En El señor presidente, una de sus novelas
más famosas, Asturias describe la vida bajo la dictadura de Manuel Estrada
Cabrera, quien gobernó en Guatemala entre 1898 y 1920. Su oposición pública lo
llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el
extranjero, sobre todo en América del Sur y Europa. La novela Hombres de maíz,
que se describe a veces como su obra maestra, es una defensa de la cultura
maya. Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus
convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y
solidaridad. Su obra es a menudo identificada con las aspiraciones
sociales y morales de la población guatemalteca.
Tras décadas de exilio y marginación,
Asturias finalmente obtuvo amplio reconocimiento en los años 1960. En 1965 ganó
el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética. Luego en 1967 recibió el
Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el tercer autor americano no
estadounidense en recibir este honor —tras Gabriela Mistral en 1945 y
Saint-John Pese en 1960— y el segundo latinoamericano. Asturias pasó sus
últimos años en Madrid, donde murió a la edad de 74 años. Fue enterrado en el
cementerio de Père Lachaise en París.
Su Vida
El gran autor, diplomático y
ganador del Nobel en 1967 Miguel Ángel Asturias (1899-1974) nació en Guatemala,
el país que dio forma a su estilo literario. Asturias es un producto y un
elemento en la creación de la identidad de su país nativo. Aunque Asturias
vivía y estudiaba en Europa y otros países de América latina, la Guatemala y su
cultura hace un papel central en su obra. El padre del realismo mágico, parte
de la realidad latinoamericana, Asturias identifica con su ambiente y dibuja su
gente.
Asturias estudiaba derecho en la
Universidad de San Carlos en Guatemala. En un esfuerzo a proveer educación a
los que no tienen dinero para asistir a la Universidad Nacional, ayudó en
fundar la Universidad Popular de Guatemala. Se puede notar la dedicación que
Asturias tenía a la educación; una dedicación que seguiría durante toda la
vida. En 1923, a la edad de 24, Asturias
fue a Europa para estudiar economía política en Londres. Después se fue a Paris
donde estudiaba religiones de américa precolombina bajo la dirección del
profesor Georges Raynaud. Si Guatemala es la fuente de la visión indígena,
Europa sirve como fuente de su pasión por esta visión. Durante su tiempo en
Europa escribió de la vida y la cultura maya. Los viajes y estudios
contribuyeron a la cosmovisión de Asturias y a la circunferencia de su obra. Es
decir, que, al ver su país y su gente desde afuera, Asturias llega a un
entendimiento más repleto de ellos. Quizás así el puede expresar al lector no latinoamericano
la mentalidad y las creencias de su propio país. Escribió su obra Leyendas de
Guatemala en 1930, durante su estancia en Europa. Además, la situación política en la cual vivía
y creaba su obra, es sumamente importante a la formación de su estilo y su
mensaje. Vivía durante un momento tenaz en el mundo y en su país. Escribió de
la corrupción y la maldad que existen bajo la dictadura insensible de Manuel
Estrada Cabrera en El señor presidente, un libro que no podía publicarse hasta
la caída del régimen del dictador Jorge Ubico en 1944. En 1949, Asturias se dedicó
a escribir Hombres de maíz, una novela cuyos temas incluyen la gente indígena,
los maiceros y la destrucción de la tierra en un estilo marcado por el realismo
mágico. En los años que siguieron,
Asturias se dedicó a escribir y servir como el embajador guatemalteco a México
y a Argentina. Pero su estado político era de poca duración. En 1954, la
presidencia de Jacobo Guzmán se cayó y el gobierno nuevo exilió a Asturias.
Después de su periodo de exilio volvió a ser diplomático para Guatemala en
Paris donde tenía su hogar. En 1967 recibió el premio Nobel de la literatura.
En 1974 cuando Asturias se falleció era un autor y ciudadano estimado.
Su Obra
Las fuerzas que dan forma a la obra de
Miguel Ángel Asturias son numerosas. Sin
embargo, se puede considerar la situación política y las influencias de la
cultura precolombina las dos fuerzas más influyentes. Entonces, para hacer una
caracterización de la obra de Asturias, primero es necesario caracterizar sus
raíces guatemaltecos y las circunstancias políticas en las cuales vivía.
La influencia de las religiones
precolombinas en la obra de Asturias
La cultura de su país nativo fue decisivo en la formación de su forma de
pensar y, por consiguiente, su forma de escribir. Desde lejos, vio la gran
cultura maya. Tradujó el Popol Vuh, la historia maya de la creación del hombre,
de francés a español. En Paris en 1930, escribió Leyendas de Guatemala, un
trabajo sobre la cultura maya. La
cultura maya era central en sus primeras obras.
Miguel Ángel Asturias utiliza el arte o la
forma de expresarse que utilizaron los mayas. Expresa su admiración por la
pictograma maya que el llama la novela de la gente indígena (Nobel Lecture
1967). En estos formas tempranas de
expresarse la realidad disuelva a
fabula, explica. "Imagination recreates a reality that we might call
surrealist." Mucha de la poesía de Asturias se clasifica como surrealista.
Como la pictograma maya, la realidad de lo que Asturias escribe disuelve en la
confusión de lo real y lo irreal.
El es el pionero del estilo del realismo
mágico, un estilo de escribir que mezcla la realidad que percibe el lector, el
narrador, y el personaje. En las obras con elementos del realismo mágico es
común que Asturias dibuja un elemento real de la naturaleza centroamericana en
una manera que le hace parecer imposible al lector. Por ejemplo, se presenta un paisaje volcánico
que es común en Guatemala como un lugar mágico o imposible de ser real.
La influencia de las
circunstancias politicas en la obra de Asturias
La situación política durante la vida de
Asturias afecta sus razones de escribir. Vive en periodos en los cuales el
gobierno se considera Asturias como gran autor y diplomático. También sufre
años de opresión y exilio bajo dictaduras que no aguantan la crítica del autor.
La obra El Señor Presidente es una reacción
al gobierno opresivo y tiránico en Guatemala. Esta obra es arte comprometido;
Asturias tiene la intención de indicar la corrupción del dictador insensible.
Bajo lo opresión del siguiente dictador, Asturias no podía publicar El Señor
Presidente por 13 anos. Ademas, como resultado de su literatura didáctico y
comprometido, sufre las repercusiones de sus palabras durante años de exilio.
Se puede ver que los viajes y las
experiencias de Asturias en otros países aumentan su cosmovisión.
El escribe reacciónes a la guerra civil en España y de la influencia de
otros países en América latina. Por ejemplo, Asturias escribe en contra del
imperialismo de los norteamericanos que destruye la economía de su patria en
Viento fuerte, 1950.
La obra de Miguel Ángel Asturias combina
una visión de su microcosmo, su Guatemala, y el respeto que tiene por su
religión, gente y cultura y la cosmovisión del mundo y los malos que amenazan
la paz de su tierra. Asturias es un
autor complejo, su literatura es rica con significados escondidos que un lector
sin ver el proposito y las influencias no entiende.
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